jueves, 10 de abril de 2008

Nos sobra...

De nosotras no hay; no nos venden.

Es como cuando buscas un producto que está descatalogado; que ya no se fabrica.
¿No nos quieren?. Ya nos tenemos a nosotras mismas para alimentar nuestro ego. Somos muy sencillas, eso está claro. No miramos por encima del hombro, ni por debajo, porque todos somos iguales, pero si no encontramos ese cariño necesario en otras terceras personas...ya nos lo damos nosotras mismas, porque de eso tenemos cantidades industriales.

Nos sobra y nos basta.

3 comentarios:

Klover dijo...

:)

Por mi parte teneis un saco de cariño para cada una ;)

Ale...bona tarda ^^

Petit Bonbon* dijo...

¡¡Hola Furcis!! ^^

Pues sí que sois apañadas y "sencillas".Si Mahoma no va a la montaña...La montaña va a Mahoma..

Otro saquito de cariño de mi parte. :D

¡¡Un besazo chicas!!

Anónimo dijo...

¡Ole y Ole!
¡Pues aqui estoy, cacho Furciacas!

Qué cojonudo es cuando haces lo que te da la gana sin ningun tipo de verguenza ajena...de manera sana, sin vacilar a los demás y derrochando alegría y buen rollo.
Vereis...tengo la extráña manía de ponerme profundo hasta con los bordes de las sillas, así que os dire que lo que estais haciendo sin duda nos muestra una lección de sencillez y esperanza frente a los nubarrones que acosan a muchas almas en pena y esos pac-man mentales que nos arruinan el sueño cuando nos metemos en el sobre.
Quizás no seais consciente de ello.
Hay chorradas... y chorradas bonitas.
La vuestra refleja una amistad autentica y tiene que servir como ejemplo.
Asi que...¡ Ánimo Furciacas !.

Nos leemos.

Pd: vamos...que sí que me gustó! ( hay que raritu eres a veces, neng ) :-D
Pd(2): buffff, Barna, Barna...qué narices tendra que nos enamora. Hace unos años cogí mi mochila y me tire allí unos dias. En el primer viaje acabé a las 4:00 de la mañana buscando el Hostal Kabul por El Passeig de Gracia ( así que os podeis imaginar a que hora llegé cuando conseguí dar con la Platza del Rei... ).
Menos mal que en el episodio 2 llegué a eso de las 6 de la mañana y anestesiado gracias a un señor con olor a sardina que sentado a mi lado hizo mas ameno el laaaargo viaje en bus.

Chaus, chaus!